viernes, 13 de noviembre de 2009
no, ningún
que queme
ni soga que presione
el cogote
o detenga el paso de la sangre
sobre la cálida
llanura
ni laurel ni corona
soportando un victorioso
mártir
ni héroe o alguacil
que monte el caballo
que entrará triunfante
en la ciudad caída
sólo cenizas
alambres oxidados
huesos en erosión
quizás también
frutas podridas.
miércoles, 8 de julio de 2009
Deben
conmiserándose entre las vulvas
afrodisiacos instantes llenos de ardor
deben existir los calmantes y las pastillas contra el agobio
contra la depresión y la hélida caminata diurna
deben también los faroles del consevatorio
tocar una oda que reduzca al mínimo los gimoteos
de las mujeres de quince años que han sido
desvirgadas por meticuloso violador
deben tocar varias puertas los niños
del ejercito de salvación
para ser premiados con una moneda que traiga
por encargo de los jueces la consigna de
asesinar pistola en cacha
a los mendigos y destechados
deberían saber que si hay hormigas obreras
también hay hombres que mueren en la mierda
trastornados por qué sé yo cuántos programas contra el desempleo
quién quiere trabajar
acaso los pobretones dueños de la finca
y los efímeros travestis que ahuyan con deseo
deben ser asistidos en el pecho
con un navajazo lleno de herrumbre
los debedores y su sevidumbre
así callados
asi enterrados.
martes, 5 de mayo de 2009
no sabor
pero recuerdo tu beso, tu lengua
entonces trato inútilmente de encontrar esa fruta
en los mercados
en las paleterías
regreso a casa
cansado, pero más triste que en días pasados.
jueves, 30 de abril de 2009
Saturno
del estertor surge la conmiseración de los héroes
ruge el ferrocarril; la travesía de caronte
uno a uno los ciegos renacen con la única
justificación de servir al vidente
cuarentamil
doce
veinte ojos se empecinan en durar
lo que permanece
el ruido condensador
de agua y fuego
que atrape al ruiseñor
la pluma de Wilde
que se termine la vida
cuánto durarán las palabras
cuánto la malherida
miércoles, 29 de abril de 2009
obra negra
inacabado a veces
siento fiebre ante tanta ignominia
ante tanto inconcluso amor
qué hicimos tu y yo
para recluirnos
para no terminar como terminan las películas
quién no puso el The end
o enunció el adiós necesario
Tengo un poema en obra negra
cayéndose de herrumbre
carcomido por el tiempo.
martes, 28 de abril de 2009
uña luna
quede asentado
el matiz aroma
de la cadente esfera
en siglos observada
ha cuántos ojos se habrán posado sobre vos
cuántas mareas
uña luna uña
sabete que si escribo
viro a la bóveda
con mis abruptas venas
que el manantial que emerge desde vos
ha concebido letras
(y tal vez poetas
porqué no)
una luna que se sabe suave
de suavidad escandalosa
hiere el hermoso caudal
de la nocturna tela
uña luna uña
sentir los pasos sobre vos
que no dejan mis huellas.